Hace un tiempo me propusieron una idea que a priori nada tenia que ver con mi vida laboral y personal. Formar parte de un proyecto educativo siempre me había hecho mucha ilusión, pero hacerlo además pudiendo poner al servicio de los ciudadanos mis conocimientos y mi visión como personal sanitario, me pareció algo tremendamente apetecible, si me permitís la expresión. 

 

Asi que, acepté muy ilusionada, empezar a caminar en un proyecto en el que hoy doy mis primeros paso, y añado mi primer granito de arena. 

 

El Instituto para la Salud y el bienestar en las ciudades tiene como fin, alimentar los conocimientos de todo aquel que se asome con interés, al mundo de la salud personal, social y comunitaria. 

Al hilo de esta concienciación comunitaria y teniendo en cuenta los momentos y circunstancias que estamos viviendo no solo en Madrid sino en toda España y en medio mundo, mi primera aportación querria dedicarla no al CO2, no al O3, no al ruido ambiental, no a los beneficios de la actividad física al aire libre,… y no a muchos de los temas que en un futuro me gustará compartir con vosotros. Hoy, quiero expresarme como sanitaria preocupada por el desarrollo del COVID-19. 

 

Yo vivo en Madrid, ciudad en la que el nº de casos de personas infectadas, y potencialmente infectadas desconocedoras de ello, es el más alto del país, debido también al gran nº de población que convivimos diariamente en espacios comunes, transportes públicos, centros de ocio, centros deportivos, etc…. De nada sirve ahora ponernos a filosofar sobre si las medias tomadas han llegado tarde, se han tomado a destiempo o podían haber sido mejor tratadas y gestionadas, porque el problema ya lo tenemos y en nuestras manos está, el saber gestionarlo con la responsabilidad social y sociosanitaria que creo debemos pedir a los ciudadanos desde los ámbitos que con cierto criterio podamos ser de ayuda.

Como ya se está explicando de forma insistente en los medios de comunicación, el coronavirus es un virus de transmisión aérea por gotas respiratorias, muy contagioso y de muy fácil propagación. Como cualquier enfermedad contagiosa, afecta en mayor medida a todas aquellas personas que por sus circunstancias de salud son mas sensibles. En el caso que nos ocupa, serian personas cardiópatas y/o personas con patología respitarotria crónica y diabetes.

 

Mi intención hoy es solo y exclusivamente, hacer un llamamiento a la concienciación social real.  

Como personal sanitario, pido a los ciudadanos de a pie, que seamos conscientes y consecuentes con la situación. Sabemos que limitar el contacto entre personas es vital para que el nº de casos no aumente de manera alarmante, sabemos que mantener distancias de seguridad de entre 1 y 2 metros entre nosotros es vital, sabemos que no visitar a nuestros mayores es de responsabilidad, que limitar el contacto entre nuestros pequeños en parques y espacios de juegos es muy importante, …. Y sobre todo, ser conscientes de que nuestros hospitales están colapsados y no podemos seguir aumentando esta situación catastrófica que vivimos, sin precedentes. 

 

Estoy segura que los próximos artículos, colaboraciones y noticias que compartamos, serán capaces de dibujar en nosotros una sonrisa, o quizás una interrogación, sobre aquello que podamos aprender, pero siempre desde un balcón a la vida saludable.

 

Mayte Ocaña

D.U.E y Directora Asistencial